viernes, 1 de diciembre de 2006

El licantropo

El árbol da sus frutos,
los frutos sus semillas,
yo me recuesto en sus raíces
que ya están marchitas,
pero el árbol aun tiene vida
y crece fuerte, resucita.
Las noches de luna llena
brota mi licantropía,
corro hacia el mar
y me baño en sus orillas,
el agua me refleja
mostrando una imagen desconocida,
solo por algunos percibida
pero muchas veces producida,
rabia repentina
de la segregación colectiva,
imágenes contemplativas
de espíritus conformistas,
que padecen como yo las espinas,
mas nunca aceptaran
lo que suscita mi ira
y nunca entenderán mi rebeldía.
El árbol se ve fuerte
y año tras año crece,
pero la verdad no se ve,
esta bajo la tierra,
son sus raíces que están muertas.

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